Paletas de colores para hogares minimalistas

Inspiración en tonos neutros

El blanco, ya sea en su versión más luminosa o en tonos cremados, es un clásico en los interiores minimalistas. Esta elección permite que los espacios se vean más grandes y ventilados, gracias al reflejo de la luz. Además, proporciona un fondo perfecto sobre el que destacar detalles arquitectónicos o piezas cuidadosamente seleccionadas. Los tonos crema, por otro lado, aportan calidez sin perder la sobriedad inherente al minimalismo, haciendo que los ambientes resulten acogedores pero despejados. Al jugar con distintas intensidades de blanco y crema, se consigue evitar la monotonía, otorgando profundidad mediante texturas y matices sutiles.

Toques sutiles de color

El verde pálido o en tonos pastel logra un punto de conexión con la naturaleza, inspirando frescura y serenidad. Esta gama resulta perfecta como acento en textiles, cojines, o elementos decorativos discretos, pero también puede aplicarse en una pared focal. La presencia de verde suaviza ambientes monocromáticos y transmite equilibrio, invitando a la relajación. Combinado con madera natural y blanco, refuerza la percepción de un entorno saludable y cálido, adecuado para quienes buscan un espacio vital que transmita armonía y vitalidad sin estridencias.
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